El grupo PRISA, se dio prisa en tomar partido por Israel

Ya comenzó el despliegue mediático para justificar los crímenes cometidos por los sionistas al atacar la Flotilla de La Paz. Han salido imágenes de soldados israelíes armados hasta los dientes, que eran recibidos a palos cuando abordaban los barcos, lo cual es un acto de defensa lógico ante un ataque pirata. También se han visto las “armas de fuego” que portaban los abordados: palos, una barra de metal y un cuchillo, indispensable en cualquier cocina de un barco. Por cierto, la mayoría de los asesinados han sido turcos ¿Tendrá ello algo que ver con el reciente acuerdo entre Turquía, Brasil e Irán?

Escribí recientemente que los millones de dólares inyectados en el grupo español PRISA por el estadounidense de origen judío, Nicolás Berggruen provocarían un cambio en una línea editorial supuestamente “crítica” con Israel, sólo porque ello aportaba imagen “progresista”. Si antes lo aviso, antes salta la liebre. El tratamiento dado a la noticia por la cadena radiofónica SER (del grupo PRISA) ha sido lamentable. Me refiero a la entrevista que hicieron al embajador de Israel en Madrid, y a Manuel Espinar, padre de uno de los ciudadanos españoles que iban de cooperantes en la flotilla.

El embajador justificó la acción, afirmando que “los soldados israelíes atacaron en defensa propia”. Increíblemente, el representante de los verdugos transmutó a éstos en victimas, excusando públicamente un crimen de Estado en un medio de comunicación sin que nadie lo interrumpiera. El diplomático habló lo que quiso y más, pero cuando llegó el turno de Manuel Espinar, apenas pudo opinar por cuestiones relacionadas con la “falta de tiempo”. Para colmo, la SER ni se molestó en colgar íntegramente en su página web la, ya de por sí, raquítica entrevista de Manuel Espinar.

Reducir el tiempo de la víctima y ampliar el del agresor, es una forma de tomar partido. El grupo PRISA, a través de la SER, se ha dado mucha prisa en posicionarse a favor de Israel. Es evidente que Nicolás Berggruen y sus millones, pesan mucho. 


Fuente:  JM Álvarez